lunes, 10 de agosto de 2015

CARRERA DE CABALLOS

                                            Playa de Sanlúcar de Barrameda

Aquel caballo que en mi infancia
a mitad de carrera se partió
las patas delanteras,

cada verano se levanta
y se confunde con los que ahora mismo
galopan en tropel hacia la meta.

Cuando el sol se ponía
sobre la bajamar, en una tarde
tan expectante como ésta,

aquel caballo lo tumbó
de una inyección letal mi tío Fernando
para que no sufriera.

Cómo me impresionó cuando sentí,
entre el revuelo de la gente,
su cuerpo golpear
                                  contra la arena,

el que cada verano se levanta
para correr con los caballos
que ya cruzan la meta.



Publicado en Sibila, revista de arte, música y literatura, nº 44 (Sevilla, octubre de 2014) e incluido en Un vago escalofrío (Bogotá, 2015)