miércoles, 3 de diciembre de 2014

¡AY DEL CARPE DIEM!

Con qué facilidad
nos vamos del momento en el que estamos,
lamentando su fuga
aun antes de que pase,
sin haberlo vivido plenamente.

Con qué sorda insistencia
recuerdos y temores nos distraen,
dejándonos así
con un pie en el ahora
y el otro en el ayer o en el mañana.

Tanto desequilibrio
a cierta altura de la edad nos lleva,
involuntariamente,
de una cosa a otra cosa
hasta que a duras penas nos centramos.

Publicado en Sibila, revista de música, arte y literatura, nº 43 (Sevilla, abril de 2014)