viernes, 18 de octubre de 2024

Presentación de la web PALIMPSESTO con Carlos Granés y Alonso Ruiz Rosas

No hace aún ni dos meses de la muerte del gran poeta peruano y, por ende, de la lengua, Carlos Germán Belli, a punto de cumplir 97 años. Asiduo colaborador de Palimpsesto, visitó un par de veces Carmona; la segunda, en 2008, dio una lectura en el Parador de Turismo, donde antaño se ubicó el Alcázar del rey Pedro I. Su poesía de aquí y de allá, tan arcaizante como ultramoderna, representa, quizá como ninguna otra, el espíritu que anima a Palimpsesto en pos del mutuo conocimiento de la poesía española y americana. En Belli, ciertos modos expresivos del Siglo de Oro se entreveran con audacias experimentales del siglo XX y diversos giros autóctonos de su país en una insólita amalgama creativa sin parangón. Su Hada Cibernética, uno de los símbolos centrales de esta obra, se anticipó en décadas a la llegada de la era digital e inspira ahora la flamante página web de nuestra revista.

      Ella recoge al completo los 37 números de Palimpsesto y los 37 libros de nuestra colección, editados entre 1990 y 2022. Además de los PDF, en los que puede leerse cada número de principio a fin, la web nos permite la búsqueda de un autor determinado y, por añadidura, comprobar las veces que ha participado en la revista. A esta red de interconexiones virtuales, se añaden los vídeos con los actos de presentación u otros de corte literario, avalados por Palimpsesto, y una extensa galería de fotos, donde Carmona tiene una constante presencia con aquellos autores que de alguna u otra manera han enriquecido nuestra dilatada trayectoria. Así pues, gracias a la varita mágica de la informática, podemos volver atrás en el tiempo para ver y oír a grandes maestros de ambas orillas del Atlántico, recitando sus poemas en emblemáticos edificios de la ciudad o posando en calles y plazas carmonenses.

      El motivo que nos impulsó a fundar Palimpsesto en 1990, bajo los imprescindibles auspicios municipales, fue la perentoria necesidad de saber qué escribían los poetas de América de distintas generaciones y tendencias, no editados en estos lares. Desde nuestros entusiastas inicios, la manera más personal de acercarnos a ellos, la única ante tan precario panorama, era descubrirlos e invitarlos a publicar. Con los años, número a número, acorde con la paulatina madurez de quienes la dirigimos, Palimpsesto ha ido ampliando nuestros gustos mediante los hallazgos y recomendaciones hallados en el camino. En este orden de cosas, maestros de referencia en sus respectivos países –dejado de lado inexplicablemente por las editoriales españolas– nos han suscitado un creciente interés. Nuestra experiencia nos ha revelado, además, que la revista, sin proponérselo, se ha erigido también en un espacio de encuentro entre autores de diversas zonas hispanohablantes del nuevo continente que se ignoraban entre sí. Así mismo, las páginas de Palimpsesto recogen numerosos poetas de otras lenguas, tanto occidentales como orientales, vertidos al castellano por expertos en las tradiciones literarias a que pertenecen.

      La evolución de este rico friso temático, lleno de guiños y vasos comunicantes, está en consonancia con los diversos diseños que la han sostenido, el último de los cuales, y el más duradero, se debe a Carmen Herrera, responsable de la ilustración de muchas portadas de los libros. Dentro de este campo visual, Palimpsesto ha ido mejorando sus ilustraciones de interior, firmadas por prestigiosos escultores, pintores o fotógrafos.

      Después de más de tres décadas de ininterrumpida singladura –la mitad de nuestras vidas– Chari y yo desistimos de continuar con las ediciones impresas de Palimpsesto. Al tratarse de una aventura literaria tan personal, cualquier aspecto de su elaboración recaía sobre ambos, desde plantear los contenidos hasta corregir pruebas, pasando con frecuencia por la elección de los textos o puntuales tareas extraliterarias, que en principio no nos incumben. Así, casi sin respiro, nada más presentar un número, teníamos que pensar en el siguiente. Resulta, pues, lógico que aquella juvenil voracidad lectora acabara por saciarnos, provocando en nosotros cierto desgaste físico e intelectual, amén de que cada vez nos acaparaba más tiempo la revista en detrimento de nuestra propia obra, aunque Palimpsesto forme parte decisiva de ella. Con tal de no abandonar del todo algo tan nuestro, propusimos al alcalde Juan Ávila y al concejal de Cultura Ramón Gavira, quienes siempre están dispuestos a complacernos, la creación de una página web, que, de algún modo, constituya una segunda etapa de la revista. Concebida como un archivo virtual, donde puedan entrar lectores de cualquier parte del globo para recuperar números agotados o mal difundidos en su momento, esta web, en el apartado CIBERPALIMPSESTO, seguirá ofreciendo sin periodicidad temporal alguna, nuevos contenidos, ya sean poemas, ensayos, cartas o entrevistas. A este respecto, damos como novedades el último poema de Pedro Lastra, escrito a sus 92 años; la entrevista que el poeta argentino Antonio Requeni le hizo en 1979 a Eugenio Montejo para el diario La Prensa de Buenos Aires, hasta ahora perdida en las hemerotecas; y el cruce epistolar que mantuve entre 1996 y 2002, año de su muerte, con mi admirado poeta colombiano José Manuel Arango, en torno a sus colaboraciones en Palimpsesto.

      Para celebrar con el realce que merece esta flamante aventura digital, es un honor recibir en Carmona al magnífico antropólogo colombiano Carlos Granés, quien analiza en sus libros, con inusual agudeza, entre otros temas, las complejas relaciones de los intelectuales con el poder totalitario, las sucesivas metamorfosis de las vanguardias históricas durante el siglo XX hasta nuestros días o el peligroso intercambio de papeles entre el político y el artista de hoy. De esta y otras cuestiones, como el influjo de las revistas culturales y, por ende, poéticas en el ámbito hispánico, el poeta peruano Alonso Ruiz Rosas y yo conversaremos con él. Tanto Granés como Ruiz Rosas han publicado en Palimpsesto, y este, además, dio una bella lectura de sus poemas, disponible en nuestra web, en este mismo patio del Museo de la Ciudad, en junio de 2018. En 2020, en plena pandemia del coronavirus, creó Quipu virtual, boletín que viene apareciendo, semana tras semana, en las redes, dedicado a difundir la literatura, la historia y las artes del Perú de ayer y de hoy.

      Pero, antes de entrar en materia con nuestros invitados, no me resisto, pese a ser mi señora, como dirían los trovadores del amor cortés, alabar sin tapujos el constante, sensible y riguroso trabajo que, junto a la indispensable ayuda técnica de Adrián Santos, desarrollador de esta web, ha realizado Chari durante este último año. Ella, al organizar, diseñar y revisar pormenorizadamente todos los textos, vídeos e imágenes, es en verdad el Hada Cibernética de Palimpsesto. 
FRANCISCO JOSÉ CRUZ

Alonso Ruiz Rosas, Fran Cruz y Carlos Granés






Casa Palacio Marqués de las Torres
Carmona, 4 de octubre de 2024